Toda la industria financiera está experimentando las transformaciones que conllevan pasar a ser negocios digitales, tecnológicos y en un plano superior, intangibles.
Esto quiere decir que los productos y servicios,
aunque se centren más en el cliente, se vuelven commodities, como quien hace
sillas, pero invisibles.
Como veíamos en esta entrada todo se está volviendo más fácil de conseguir, más fácil de resolver, más rápido, más barato. Profesiones completas se están comoditizando, se están convertido en instantáneos y de bajo coste (baratos).
Esto es lo que está ocurriendo en el sector
financiero; todos están en la carrera de adquirir volumen porque las
soluciones, irónicamente, cada vez son más parecidas.
Lo que es fácil de obtener, es fácil de copiar. Y este, el intangible, es un mundo donde las empresas que ganan se lo llevan todo.
Cuando estás en un mercado comoditizado la única variable aparente de diferenciación es el precio. Todo se automatiza, todos pueden montar sus markets, todos pueden ofrecerte el mejor producto… te quedas con el más barato o el más cómodo. Es lo que está sucediendo en la industria de gestión de activos. Vamos a un escenario de coste cero: precio universal, coste marginal cero.
Se dan las siguientes circunstancias, en esta economía de lo intangible (la parte digital), cuyo resultado siempre es la comoditización:
1/ Es muy difícil competir en características. Todos
tienen las mismas, o son muy parecidas, y se están centrando en mejoras
incrementales en lugar de diferenciación más radical.
2/ Los mercados se están saturando. Ha habido un crecimiento
exponencial de empresas en los últimos años, sucede en todos los sectores, el
financiero no es una excepción. Pero el mercado al que se dirige es el mismo.
3/ Con el tiempo los competidores se vuelven
similares. Todos acaban copiándose. Esto es una característica de lo digital,
puedes hacer copias infinitas, el coste es mínimo. Es muy difícil ser original,
todo el mundo lee lo mismo ergo piensa de la misma forma.
4/ La diferenciación real es muy difícil y dura. Todo se vuelve barato, rápido, fácil de conseguir… y la calidad se iguala por arriba. Necesitas algo más.
5/ Si te diferencias en precio (más barato), estás
muerto.
Hay un problema en todo esto; casi todos los players van a ir siendo expulsados. Esto se agrava por dos circunstancias adicionales:
(i) la regulación cada día es más compleja y costosa. Ya hemos comentado muchas veces la ironía que es eliminar problemas y complejidad (procesos) para crear nueva (la propia regulación).
(ii) nos hemos adentrado en un nuevo capitalismo, que a día de hoy no sabemos en qué va a desembocar; los estados a través de los bancos centrales están comprando los activos que cotizan en los mercados, están cambiando sus reglas, todo depende de ellos.
En esta tesitura, parece evidente, que todo va a cambiar, todo está cambiando. Uno de los grandes problemas es que vamos a un monopolio de unos pocos players (oferentes de producto) que lo van a tener todo, y a un control absoluto por parte de las autoridades, que también son parte. El problema es que no hay espacio para nadie más, es un mundo donde profesionalmente se puede hacer poco. Dicho en otras palabras, aquí no hay “long tail” debido a las barreras de entrada por la regulación (otra cosa son servicios relacionados como tecnología, seguridad, educación etcétera).
Sin embargo, como sucede con la energía, esta ni se crea ni se destruye; se transforma. Cuando paras la corriente del rio, esta encontrara otros caminos para seguir su curso. La Unión Europea ha tomado buena nota, lanzando iniciativas para desarrollarlo. Tal vez esa energía se materialice en todo lo financiero que no es cotizado (primario, privado) y que no es FIAT (centralizado, soberanía clásica).
Me dedico a hacer la estrategia financiera y control económico de negocios con actividad global que están creciendo (Fractional CFO).
También traduzco a números ideas e iniciativas para que sus CEOs tomen decisiones con mayor certidumbre (Sustainable growth).