¿Cuánto vale mi empresa creativa?

De todos los trabajos que realizo, valorar empresas de entornos creativos es sin lugar a duda lo que más me gusta. Un poquito más abajo veremos qué engloba «valorar» en empresas de esta tipología.

Una empresa creativa ¿para qué quiere saber su valor? Fundamentalmente para tres cosas:

  1. Buscar socios porque necesitan capital, pero sin perder el control y sabiendo realmente lo que valen,
  2. Para venderla, y
  3. Trocear procesos creativos generados internamente y que pueden vender a otra empresa, porque en caso contrario mueren.

La primera pregunta que te puedes estar haciendo es, ¿qué es una empresa creativa?

Sin acudir a ningún manual ni definición consensuada, bajo mi experiencia en Uncommon Value* una empresa creativa es aquella que innova creando nuevas soluciones. Punto. No tiene por qué ser del sector tecnológico ni digital, aunque cada vez es más común que pertenezca en cierta medida a estos sectores, puede ser incluso una empresa tradicional, hay de todo. La creatividad, junto con el tiempo y la energía, son los grandes recursos escasos. Los tres siempre han sido escasos, pero la creatividad cada vez es más importante en una economía más tecnológica, interconectada, automatizada y llena de ruido; en donde se industrializa y paquetiza todo, allí será más necesaria que nunca.

Cuánto vale mi empresa creativa
La tecnología creativa es una disciplina en expansión que combina computación, diseño, arte y humanidades.

Estamos hablando, por ejemplo, de agencias creativas digitales, agencias de experiencias sensoriales, ecosistemas de talento, bases de datos aplicadas a nuevos usos, branding en diferentes entornos, inteligencia emocional, diseño en todas sus vertientes (también diseño gráfico) o nuevos procesos industriales.

Una de las grandes paradojas de la nueva economía, del nuevo paradigma económico que nos toca y tocará vivir hasta el fin de nuestros días, es que cada vez va a ser más importante la parte artesanal; en los procesos de valoración se requieren mayor comprensión de los riesgos de mercado, de la incertidumbre de las ideas y de los lenguajes simbólicos que definen el significado de las soluciones; eso que llaman narrativas, pero que es mitología 2.0.

En un entorno y procesos empresariales cada vez más robotizados, se requiere más comprensión de lo cualitativo, de lo intangible… por eso la capacidad de crear valor de las empresas viene cada vez más por lo intangible o por estos tradicionalmente llamados «imponderables» que tratamos de ponderar en números, en valor financiero (ver la entrada La importancia de lo intagible en los procesos de valoración).

La segunda pregunta que te habrás hecho es; ¿a qué te refieres con «cuánto vale»? A su valor financiero. Tela torera.

Todo se puede valorar financieramente, todo tiene un valor. Lo que es diferente es el grado de incertidumbre en esa valoración; en la mayoría de las ocasiones se puede hacer con bastante precisión, pero habrá veces que el grado de incertidumbre es tan alto que su fiabilidad será baja o directamente tengamos que dejarlo en una «noción aproximada».

Al final, todo tiene un correlato material, porque materializamos todo, ya sea de manera directa o indirecta.

La valoración de empresas creativas, hasta ahora, tenía que elegir entre dos extremos opuestos que no pueden dar respuesta a lo que se necesita:

i) Mundo yupi de valoración de startups

ii) Mundo tradicional del corporate

La valoración del primero suele carecer de rigor o no corresponder a expectativas reales (o la incertidumbre es tan alta que directamente no se debería valorar). El mundo de la valoración tradicional es mucho más riguroso, pero no tiene capacidad de valorar empresas creativas salvo en fases de madurez porque los estados financieros son estables, en cuyo caso comenzamos a hablar de otro tipo de empresa.

Entre estos dos extremos se abre toda una ventana a un mundo apasionante, que requiere rigor técnico, pero conocimiento de otras áreas y, a su vez, una capacidad creativa en la propia valoración financiera.

Una empresa creativa vale la capacidad de generar dinero que tiene (el dinero libre que deja), a lo largo de toda su vida, computado en el momento actual.

Si quitáramos «creativa», la frase sería igualmente válida. Es igual para todos los tipos de empresas.

Pero en las empresas creativas, debemos añadir algo más, tienen un punto mayor de complejidad. Lo que nos hemos encontrado valorando este tipo de empresas puede resumirse en tres grandes desafíos, si tu empresa es creativa y quieres valorarla:

1- Reflejo de lo creativo en la contabilidad

2- Comprensión de la incertidumbre

3- Conocimiento de mercados financieros

Las empresas creativas del siglo XXI requieren de un conocimiento avanzado de la contabilidad. Este es el primer punto; la contabilidad es un lenguaje y como todos los lenguajes requiere de un conocimiento profundo que, correspondiendo a un cuerpo normativo establecido, hay que haber utilizado, construído y analizado en muy diversas circunstancias y desafíos. No hablamos de hacer los asientos de siempre. Hay muchísimo más.

De la misma manera que existe una estrategia creativa, un marco creativo, debe desarrollarse un marco financiero; creatividad e innovación deberían tener un reconocimiento contable (al menos analítico).

Aquí la empresa creativa está perdiendo mucho valor porque no se refleja el valor que está creando.

La incertidumbre del propio modelo, de la solución. En una economía interconectada, con la capacidad de absorción de nuevas propuestas, competencia global, debemos valorar pensando en múltiples escenarios, en miles de ellos; el futuro está abierto y, más allá de acotarlo, hay que probarlo y ver que puede ocurrir. Los modelos de valoración deben ser abiertos y adoptar técnicas estadísticas avanzadas.

El tercer punto quizá también te sorprenda. ¿Qué son ahora los mercados financieros y qué pueden ser?

Cuando empecé a trabajar, recuerdo que era consciente de mis limitaciones en lo financiero que salía de la empresa, es decir, buen conocimiento de analisis hacia adentro (en los limites de la empresa) pero carencias en el conocimiento financiero hacia afuera (mercados). ¿Qué tasa de descuento aplico a mis estimaciones?, ¿hablamos de España o hablamos de mundo desarrollado?, ¿podemos considerar la deuda publica un activo libre de riesgo en el nuevo paradigma financiero?, ¿podemos considerar los tipos cero en una renta permanente? y muchas otras. Ya no son datos «tomados» de un sitio, hay que hacerse preguntas de calado en esa parte también.

Lo primero que te ocurre es; ¿cómo refleja mi empresa….

su proceso de investigación y desarrollo?,

su ecosistema?

su comunidad de usuarios que a su vez aportan valor?

las habilidades y talento de mis trabajadores?,

¿Se recoge adecuadamente en la contabilidad?, ¿existe un sistema analítico financiero que refleje todas mis actividades?

Nuestro Uncommon IPO Index es un ejemplo de empresas creativas, que crean un valor inusual. Por eso tienen rentabilidades muchísimo más altas que el mercado, y siempre las tendrán. Porque son las empresas que encuentran soluciones que no existen y se requieren por medio de la tecnología aplicando procesos creativos.

Siempre ha sido así y siempre lo será.

Dos advertencias finales si tienes una empresa creativa:

  • Olvídate del EBITDA y multiplicarlo por 5; la valoración por múltiplos se utiliza cuando no se sabe valorar o cuando no se quiere dedicar más de 5 minutos. Pero es irreal para este tipo de empresas. Su valor viene, precisamente, de que no son el consenso de mercado.
  • Los Ventures no son tus amigos; si los necesitas tienes que llegar a ellos con el trabajo de valoración hecho de forma objetiva y las cosas bien claras (business plan).
*Uncommon Value es una consultora que combina finanzas, creatividad y tecnología. Una de sus áreas de especialización es la valoración de modelos de negocio creativos.

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