Y si no estás dispuesto a experimentarla (la pérdida), olvídate de invertir y conseguir esas curvas de patrimonio que crecen. Invertir y gestionar tu propio capital es un proceso, un camino, un tránsito que dura muchos años y para el que no hay atajos. Hay ciertos aspectos que se han hecho sencillos, como acceder a vehículos financieros de mucha calidad, a costes bajos, sin minimos; pero otros permanecen igual, como la psicología, el conocimiento, la perspectiva o las circunstancias personales.
Sobre el papel es muy fácil hacer una cartera de inversión que tenga un crecimiento casi exponencial, o simplemente un crecimiento. También es muy fácil establecer objetivos, incluso siendo realistas en el largo plazo nos sorprende lo que podemos hacer crecer nuestro patrimonio financiero.

Sin embargo es muy difícil que se cumpla. Dificilísimo. Invertir es un proceso que conlleva tiempo, es un proceso de puesta en práctica emergen escenarios y materializaciones psicológicas nuevas que nos ponen a prueba. La más compleja es lidiar con la pérdida, aunque no esté realizada. Solo en este último caso es donde se aprende. Cuando ganas no te enteras de casi nada.
Veamos algunas razones.
# No eres un robot
Eres una persona, y hay que estructurar, implementar y seguir un sistema de gestión financiera personal teniendo en cuenta eso, que eres una persona, con una historia personal que se va a ir volviendo más compleja. El resto es todo teoría.
Esta es una parte que trabajamos en profundidad en nuestro Programa F.I.R.E., a nivel personal pero también viendo las dinámicas del grupo, la multiplicdad de situaciones de los alumnos, la experiencias y los relatos, y en última instancia (y primera) la situación única de cada uno de nosotros. Esta parte no se puede estandarizar. En caso contrario todos tus calculos sobre lo que puedes conseguir serán papel mojado.
Cuando te dicen, «invierte a largo plazo y olvídate de los mercados», es algo así como «deja a tu hijo en el centro comercial y no te estreses».
Es completamente imposible no sentirse nervioso cuando viene un crash bursátil o una recesión, o ambas, y no inmutarse. Nuestro cerebro y nuestro instinto están hechos para sobrevivir en el corto plazo, en un mundo físico, y cuando sucede lo descrito te dice que tienes que salir corriendo.
Vuelvo al proceso. Solo cuando llevas unos años, experimentando diferentes situaciones, habiendo hecho pequeños ajustes y habiendo cometido errores, solo en ese momento puedes ser capaz de «invertir a largo plazo olvidándote del ruido de los mercados». Es un camino de ida y vuelta tremendamente complejo.
Las soluciones pueden ser sencillas, pero el conjunto jamás es simple.
Por eso no hay millonarios a los 30 años de inversión y por eso en los países anglosajones las familias necesitan un asesor que las acompañe.
No somos robots. Afortunadamente.
# Necesitas dar rienda suelta a tu curiosidad
Somo curiosos por naturaleza, es la manera de encontrar soluciones a la incertidumbre, de descubrir, de crear y progresar. Si estás leyendo este artículo seguramente lo seas, curioso.
Puedes comprender aquello de «invierte en esta cartera de inversión y olvídate», pero no vas a estar 40 años haciendo lo mismo, porque necesitas comprehender, más allá de un axioma abstracto que han sintetizado otros que han pasado por un proceso largo.
Por supuesto existen métodos para evitar que la curiosidad «mate al inversor», pero siempre es necesaria la experiencia y, sobre todo, la pérdida.
¿Cuándo la pérdida? Cuando tu curiosidad te lleva a hacer cosas diferentes al plan que tenías, a esa cartera de inversión…. y pierdes.
Es necesario, a todos nos ha pasado. Lo mejor es que te pase al inicio porque el coste de oportunidad es bajo, aunque el coste aquí es que abandones por la cara de tont@ que se te queda.
Es otra condición necesaria pero nunca suficiente.
Sigamos.
# Confirmar la teoría
La única forma de comprehender es experimentar, y la única manera de experimentar en toda su amplitud es perdiendo dinero.
Para ganar hay que perder. Porque si no pierdes al inicio, acabarás perdiendo lo ganado… sin saber por qué.
Es un poco paradójico, pero es. No hay más que decir.
Lo mejor de esto es que después dices «pero si esto ya lo sabía», cierto, pero «no lo había experimentado».
A mí me ha pasado, no siempre, pero muchas veces, a lo largo de los años, intentando probar estrategias nuevas. Pero era necesario, así se aprenden las lecciones en este mundo.
# Es un proceso
Esta es la frase que más repito. Es un camino, un proceso. Como diría Neo «te pueden enseñar la puerta, pero tú debes abrirla y ver lo que hay detrás».
En este proceso se necesita tiempo, mucho tiempo, superar muchas frustraciones y en ese tránsito encontrar una manera de invertir y gestionar solo para ti.
Ten en cuenta que los que hablamos de inversión somos un porcentaje marginal, no somos la regla, así que por mucho que te diga alguien lo sencillo que es esto, en realidad no lo es, porque es un proceso.
Comprender está al alcance de casi cualquier persona, experimentar es otra cosa.
# Sencillo no es simple
Hoy en día puedes tener una cartera de inversión y un sistema de gestión financiera personal, muy eficaz y profesional, de manera relativamente sencilla.
Pero debajo de esa sencillez existen muchas capas de complejidad y muchos pequeños obstáculos que hay que solventar en equilibrio en un espacio temporal enorme. La sencillez se ha conseguido tras décadas de avances conceptuales, económicos, tecnológicos y de comunicación. Los que han hecho el tránsito, profesionales que han conocido lo bueno y lo no tan bueno, pueden explicarlo como sencillo porque toda una vida profesional les permite comprender que, por ejemplo, una cartera con cuatro fondos puede dar unos resultados impresionantes. Se necesita recorrer el camino, y no hay atajos.
# Se necesita tiempo y perspectiva
La materialización del crecimiento de una cartera de inversión solo se da en el tiempo. Sin tiempo no existiría nada. Todos los parámetros de los que hablamos, todos los conceptos, toda la lógica, está sujeta a la dimensión tiempo.
Y el problema es que en el tiempo las cosas cambian mucho y nuestro cerebro está hecho para pensar de manera lineal en el corto plazo. Por suerte, este campo queda abierto a lo incierto, que es donde se materializa todo.
El tiempo da perspectiva. Y la perspectiva se consigue tras haber vivido muchos episodios diversos, y haber tenido diferentes experiencias (en nuestro caso invirtiendo).
Tiempo y perspectiva son otras condiciones necesarias, pero nunca suficientes.
# Autoconocimiento del perfil de riesgo
Conocer el «perfil de riesgo» personal, el único personal, es lo que más tiempo lleva y que no se puede determinar con precisión antes de invertir.
Debe haber un proceso heurístico, que se vaya aproximando. Solo en el proceso de inversión y seguimiento de tu sistema de gestión financiera personal, en el tiempo, vas conociendo mejor tu perfil de riesgo, y vas haciendo pequeños ajustes. También en ese tiempo vas experimentado situaciones diferentes externas (vienen de los mercados financieros) e internas (de tu vida personal y otros campos ajenos a las finanzas pero que te afectan).
Para desarrollar esto, sin perderte en el camino y no tirar la toalla, es ideal que encuentres un grupo de personas en un entorno, que compartan este hobby, en comunidad, y si hay alguien experimentado dentro, pues mucho mejor. Necesitas a tus pares.
El perfil de riesgo va cambiando a lo largo de la vida, es evidente que no es el mismo con 30 años que con 50, pero una vez que has afinado tu perfil, ciertas pautas se mantienen también inmutables. Por ejemplo, la personas con más predisposición a tener más liquidez, la tendrán siempre, o aquellas que les gusta lo novedoso, siempre andarán enredándose etc.
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Como explico siempre, las carteras pueden ser estándares, pero el trabajo previo no, y este solo se aprende con el tiempo y experimentando la pérdida.
Equivócate pronto y valida tu plan. Comprehende lo que estás haciendo, porque ya lo has comprendido, pero no lo has experimentado.
Me dedico a hacer la estrategia financiera y control económico de negocios con actividad global que están creciendo (Fractional CFO).
También traduzco a números ideas e iniciativas para que sus CEOs tomen decisiones con mayor certidumbre (Sustainable growth).