Las finanzas del remix

finanzas del remix

Vivimos una época en la que, gracias a las tecnologías de la información y comunicación, las barreras de entrada al mundo financiero son muy bajas. Puedes hacer estudios por tu cuenta, realizar investigación sobre series de datos de enorme calidad, acceder a papers de investigación de otros investigadores y testear todo ello en tiempo real en los mercados financieros, a un módico precio o directamente gratis.

Conexión a internet, un ordenador personal y algún programa estándar son suficientes. Y tiempo, mucho tiempo, porque cuando tus recursos financieros son limitados lo tienes que suplir con tiempo invertido.

La expresión «remix» la he tomado del título del libro de Lawrence Lessig «Remix», en el que explica que vivimos en la cultura del remix (remezcla en castellano).

La cultura de la remezcla se da en una sociedad que usa todo tipo de elementos para crear cosas nuevas. En el caso de creación de contenidos lo vemos a diario en la red, texto que se une a infografías, podcast que se juntan con los links dentro de un artículo de un blog, vídeos doblados que mezclan imágenes con audio de otras canciones o acontecimiento dando lugar a nuevas narrativas o imágenes que cuentan historias anónimas.

Para hacer todo esto hay que acudir a una multitud de elementos creativos previos, ya creados, que se mezclan, doblan, estiran para hacer algo nuevo.

En el caso de Lessig, esto le llevó a crear las licencias Creative Commons, para dar versatilidad a toda esta producción. El problema con el copyright original es que alguien que creaba, por ejemplo, una cosa tan sencilla como un artículo en su blog que cita un texto de otro autor e incluye una imagen, ya no podía ser creado, porque necesitaba cumplir con el copyright de dos creaciones más. Con la creación de las licencias CC esto se solucionaba, daban respuesta a un nuevo tipo de creación, que necesita de diversos materiales.

Esto es lo que ocurre de alguna forma con las finanzas, con al interpretación y estudio de los mercados financieros y sus materializaciones. En definitiva, con la creación de herramientas alternativas, nuevas, creadas por gente de una nueva generación, que utilizan los conocimientos previos, las herramientas previas, lo que los más consagrados ya han dicho, para crear caminos propios, alternativos o no, respuestas a acontecimientos nuevos, a realidades nuevas, a nueva incertidumbre de un mercado global más interconectado que nunca, más fácil de seguir y más difícil de interpretar (y predecir).

En la cultura del remix, se hace hincapié en que nunca la cultura había estado tan profesionalizada. Lo popular era algo de la esfera no profesional, pero en el último siglo se profesionalizó y pasó a ser una industria que da de comer a mucha gente. Las nuevas generaciones, con los nuevos medios, generan nueva cultura, profesionalizada. El problema aquí es cómo establecer una ley que vele por sus intereses y respete la libertad, algo intermedio entre el mercado y el Estado. Cada uno por sí sólo no funciona bien, pero se necesitan a los dos.

En el panorama financiero cada vez hay más gente que sin ser profesional, produce contenidos profesionales. Personas que comienzan a investigar como hobby y lo hacen su forma de vida, que leen mucho, investigan, reivindican… en sus lugares de creación; un blog, YouTube, un paper, un artículo en una web.

Así tenemos a profesionales o amateurs, que nos explican el funcionamiento de la inversión pasiva de manera sencilla, otros que dan material sobre la inversión value al estilo de Warren Buffet, ingenieros e informáticos que nos dan pistas de cómo funciona lo cuántico y qué herramientas tenemos a nuestro alcance, APIs abiertas que nos permiten crear interfaces gráficas de nuestros propios estudios, innovación con métodos tipo lean, creadores visuales de datos, estudiosos de la teoría económica que nos cuenta por qué el establishment está equivocado o no con su propia documentación, podcast de expertos conocidos de otros países. Todo eso se junta en nuevos contendidos, personas que se dedican al asesoramiento financiero pero que les interesa el márketing y crean sus propios medios híbridos con contenido financiero pero una manera de funcionar de marketer, profesores que se aburren y deciden subir material de apoyo y se graban con un móvil y periodistas freelance que comparten infografías visuales con narrativas de la calle y que nos abren los ojos.

Todo esto y mucho más es lo que se está generando más allá de la ortodoxia académica, las instituciones regladas, la autoridad clásica de la industria y los medios de comunicación tradicionales.

No es mejor o peor.

No son los buenos o los malos.

No son la iluminación que viene a imponerse a la oscuridad.

No es una revolución que viene a ocupar el lugar de una involución.

Sencillamente son otros. Es otro tipo de creación. Muchas veces menos efectiva, más inocente, más reaccionaria o más estéril. Otras veces abren puertas, caminos, reflexiones que nos invitan a recorrer caminos que llevan a buenas vistas.

Son las finanzas del remix, del collage, la remezcla de contenidos y creaciones previas, que mezcladas en diversas direcciones dan lugar a soluciones y herramientas nuevas.

El caso que se produce en los mercados financieros, con la información absolutamente interconectada, provoca que la pintura de estos cuadros sea más adecuada en determinadas ocasiones, o al menos sea otra salida a problemas cada vez más complejos.

En su libro «El código 2.0.» a Lessig le preocupaba qué regulaba el comportamiento de los agentes en la red, quién controlaba el proceso, ya que los procesos donde se destruye un poder dan lugar a la restitución por lo que acaba siendo otro poder. Aunque este al principio venga con buenas intenciones.

En las finanzas no tenemos este problema porque, aunque siempre se van dando desafíos, se trata de un mercado que lleva funcionando muchos siglos. Está muy estandarizado y es el mercado más regulado del mundo.

Aunque el mercado financiero es muy «copyright» la realidad es que, a nivel puramente informativo, es muy «creative commons». En este sentido hay una gran apertura y cualquier persona, después de dedica horas de estudio y que quiera escribir y compartir un contenido nuevo creado por ella, puedo hacerlo con total libertad. Si el contenido es bueno y ofrece algo diferente, será escuchada.

Aunque los mercados se globalicen, la información esté interconectada y la gran mayoría sea gratuita, y aparezcan productos financieros que en principio sean mucho más eficientes que el resto, con la automatización que parece que va a quitar el trabajo a todo el mundo, la realidad es que la complejidad y apertura del mismo mecanismo hará que siempre sean necesarias personas con capacidad de mezclar información para llegar a la señal, navegando por el ruido, utilizando la información financiera al modo creative y abran nuevas puertas.

Es la figura del autor, que ya daban por muerto en el año 1968 (Roaland Barthes, «La muerte del autor»), la que vuelve a tomar fuerza.

El autor es el analista.

El autor es el gestor,

El autor es el informático.

El autor es el lector insaciable que se convierte.

Del remix también resultan productos culturales como el culture jamming, interferencia cultural, surgida en la contracultura de los años sesenta y setenta, que busca la exageración, la guerrilla dialéctica.

Es lo que vemos en mayor medida en las redes sociales, pero también en los lugares de producción propios de muchos autores. Personas explicando lo que otros hacen mal, lo que la industria hace mal, lo equivocado de ciertas previsiones económicas, lo erróneo de cierto modelo predictivo sin otro fin aparente que ese. Es lo que podríamos llamar finance jamming.

Y es que lo difícil es hacer algo propio sin nombrar a lo ajeno, mezclando contenidos de lo ajeno.

Nuevamente la paradoja y la dificultad de hacer algo en un mundo complejo y en ciertos momentos caótico. Ni esto, ni aquello, pero con esto y aquello, para hacer esto diferente de aquello.

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Cuadro «Metamorfosis» del pintor holandés MS ESCher, de su galería en http://www.mcescher.com/gallery/switzerland-belgium/metamorphosis-i/