Existe una dificultad doble a la hora de arrancar un proyecto innovador, las ventas son una completa incertidumbre y los costes iniciales son en su mayoría fijos. Esto constituye un riesgo para el emprendedor porque debe incurrir en una serie de costes sin saber si su recuperación se va a realizar.
Tradicionalmente las empresas desarrollan una idea, ya sea un producto o servicio, hacen la investigación correspondiente, el desarrollo, las pruebas de calidad y testeos pertinentes y después de todo este proceso comienza su comercialización. Esta es una metodología que sirve para empresas consolidadas, con recursos, que operan en mercados más o menos estables desde hace algún tiempo y que tienen un nivel de ventas y costes cubiertos.
Sin embargo esta metodología no parece adecuada para proyectos innovadores de nueva creación que apenas cuentan con recursos, o con recursos limitados.
¿Por qué?
Como he mencionado al inicio los costes iniciales fijos y las ventas inciertas; un microemprendedor o bootstrapper no tiene recursos para desarrollar una idea hasta que está completamente testeada y refinada, sencillamente no se lo puede permitir. Además no hay que olvidar que ese producto innovador igual no lo quiere el mercado porque tiene una serie de errores de base o dificultades que los creadores no han tenido en cuenta. La alternativa es el desarrollo del “producto mínimo viable”, que permite reducir esos costes iniciales y validar las ideas iniciales en el mercado.
Lo que vamos a ver aquí es aplicable a cualquier tipo de profesional que quiera desarrollar sus ideas y rentabilizarlas. También para los nuevos actores que se introducen en el mundo de los mercados financieros aportando su conocimiento profesional y ofreciendo soluciones personalizadas utilizando internet como via de comunicación.
Cuando comienzas tu proyecto personal eres una especie de startup unipersonal; la incertidumbre puede ser extrema.
Atent@.
# Un nuevo paradigma de management
Las técnicas de gestión de las grandes empresas, los planes estratégicos y de administración, el management del siglo XX no sirven para empresas innovadoras de nueva creación. El libro “Lean StartUp” de Eric Ries y toda la comunidad que lo rodea han supuesto toda una revolución en la forma de concebir la estrategia de las empresas en los entornos de incertidumbre. Una visión totalmente revolucionaria, un cambio radical, que abre la posibilidad de aplicar métodos científicos adecuados al desarrollo de ideas innovadoras. Según Ries una Startup es una institución humana diseñada para crear nuevos productos y servicios que trabaja en un entorno de incertidumbre extrema y por lo tanto todos los presupuestos de la gestión de dirección tradicional no sirven porque el escenario es radicalmente distinto al que se enfrenta una empresa establecida con parámetros estables. Este es el escenario al que se enfrenta un bootstrapper o microemprendedor que quiere desarrollar una idea innovadora. Se requiere un nuevo tipo de gestión orientado a este contexto de incertidumbre extrema, por esto Ries dice que “el espíritu emprendedor es management” y de hecho es uno de los pilares en los que se basa este método.
Una startup es una institución humana diseñada para crear nuevos productos y servicios que trabaja en un entorno de incertidumbre extrema
“Lean” significa “desarrollo ágil”, y es un cambio radical porque el ciclo de tiempo de desarrollo es extremadamente corto, se centra en lo que los consumidores quieren y está basado en el método científico para tomar decisiones. Hay que evitar el derroche a toda costa, y esto no quiere decir evitar pagar mucho por algo, quiere decir que no estés desarrollando un producto demasiadas horas antes de lanzarlo al mercado porque igual no lo quiere nadie, y es mejor saber esto primero. Rápido mejor que perfecto. Hay muchas alternativas, muchos competidores y los cambios cada vez vienen más rápido, tanto es así que las empresas líderes se mantienen como tales cada vez menos tiempo.
Los presupuestos de la gestión de dirección tradicional no sirven para el escenario de incertidumbre extrema en el que se mueven las empresas innovadoras de nueva creación
# Conocimiento validado
El progreso de un producto en una empresa industrial se mide por la producción de un bien físico y su calidad. En una empresa innovadora de nueva creación debería medirse por el conocimiento validado. El objetivo principal de una sociedad innovadora es saber qué debe producirse, ya que crea productos y servicios que nadie demanda y que muchas veces los crea de forma accidental. Cumplir un plan previo de fechas y presupuestos basado en asunciones más o menos complejas no tiene demasiado sentido, lo que tiene sentido es averiguar qué es lo que quieren los consumidores, que les gusta del producto, que nos dicen que está mal, etc y medir toda esa información y adaptarse en el mínimo tiempo posible.
El producto mínimo viable es la versión que con menos esfuerzo te permite obtener conocimiento de tus potenciales clientes
El desarrollo de una idea innovadora debe ser un gran experimento, hay que realizar experimentos para aprender lo que nos dice el mercado, los consumidores, pero aplicando el método científico.
El ejemplo más visible de ello son las apps, los plugins de wordpress y de forma general todos los desarrollos online junto con el “internet de las cosas”; si te fijas están constantemente sacando nuevas versiones y es común ver “versión 4.1.12” donde han sacado cientos de versiones mejoradas en base a la experiencia de los usuarios. Sacan el producto y mientras los consumidores lo testean y van quejándose de sus fallos la empresa aprende de ese feedback y va mejorando el producto, a veces la mejora puede aparecer en horas, habiendo varias de ellas por semana e incluso por día. No han tardado demasiado en sacar el producto, en realidad la primera versión o versión beta de todos ellos es extremadamente simple y está llena de carencias y errores, pero el producto ya está en el mercado y está siendo mejorado. Es lo que Ries denomina Crear-Medir-Aprender. Esa primera versión es el producto mínimo viable; la versión del producto realizada con el mínimo esfuerzo posible y lanzada para obtener el máximo conocimiento validado de los potenciales clientes —al principio los “early adopters” que son los que más van a ayudar a mejorarlo—.
# Caso real: una experiencia personal como consumidor
Esta semana le pregunté a un familiar —ingeniero de sonido— cómo podía grabar de forma sencilla las cosas que compongo con la guitarra y su respuesta me dejó boquiabierto; “bájate de Google Play o iTunes cualquier aplicación como esta, con el propio el smartphone encendido puedes grabar hasta cuatro pistas ¿para qué quieres complicarte?”. Siempre he sido torpe con los programas informáticos de grabación y mezcla, nunca llegué a grabar por mi cuenta de forma satisfactoria sin perder cientos de horas improductivas, a pesar de que tenía tarjeta de sonido externa para grabar con el ordenador, programas, micros… resulta que una app gratuita me permite grabar en mi smartphone cuatro pistas de la forma más sencilla posible, me las mezcla y exporta en formato estándar al email o cualquier otro sitio de almacenamiento online y con un sonido bastante aceptable.
Este es el tipo de mejora que ofrece una aplicación desarrollada por una pequeñita empresa bootstrapper, que innova y ofrece una solución a través del aprendizaje. En Google Play tiene miles de valoraciones, varias decenas de versiones hasta la que fue definitiva hace casi dos años.
¿Qué hicieron?
Sacaron una versión muy simple, llena de limitaciones pero gratuita, recibieron miles de descargas y comentarios y fueron mejorándola, hasta complementarla con una versión pro que incluye herramientas adicionales por 3 euros. Cuando terminaron de pulir el producto se dedicaron a sacar otros productos similares más elaborados. En la actualidad cuenta con casi medio millón de descargas, mucho más que cualquiera de las aplicaciones más completas y complejas que han salido posteriormente .Tienen una página web hecha con una plantilla básica, y en Facebook tienen muy pocos fans, es decir, que en esa empresa innovadora trabajan dos o tres personas o incluso un microemprendedor. A pesar de ello consiguieron que un producto muy sencillo pero sacado muy rápidamente, tener una de las aplicaciones más descargadas y usadas para tener un estudio de grabación casero. Fueron rápidos, aprendieron en el proceso y mejoraron el producto. No es el mejor, ni el más completo, pero es el más útil de todos.
Tal vez estás equivocado en tu planteamiento, o en algunas características del producto, o en la estrategia. Esto también debes saberlo rápido.
Lo que debes hacer cuando comienzas es desarrollar tu producto mínimamente y lanzarlo, experimentar con él, ver lo que te dicen los usuarios, aprender de ellos y mejorarlo sobre la marcha. Debes utilizar este enfoque, los estándares del management tradicional no sirven para levantar una empresa innovadora con pocos recursos, pero las herramientas actuales y su bajo coste te facilitan esta labor de crear, medir, aprender y cambiar o persistir con la idea inicial.
Este artículo se publicó originalmente en el número 2 de la revista Westinghouse: Future Economy.