Narrativas económicas

El lenguaje humano y su uso para comunicarnos es, con toda probabilidad, el elemento evolutivo que más nos ha hecho destacar sobre el resto de las especies, para sobrevivir y progresar. Desde que nos comunicamos contamos historias, siempre lo hemos hecho y lo seguimos haciendo. Las formas de comunicar han ido cambiando pero las historias son siempre las mismas, y la necesidad de compartirlas también.

Una narrativa o narración es una historia sencilla que expresa de manera simple un hecho que mucha gente quiere integrar en su conversación, ya sea en un cara a cara, en las noticias o las redes sociales, porque puede ser usada para estimular preocupaciones o emociones de otras personas o porque tiene interés sobre uno mismo.

Narrativas

Si le preguntas a la gente sobre su filosofía de vida o sus objetivos y metas, es muy difícil que te respondan, tienen que pensarlo mucho, pero si les das la oportunidad de que te cuenten alguna historia personal, inmediatamente te cuentan todos sus valores, lo que es importante para ellos y hacia dónde van. Es algo natural. Los antropólogos y etnólogos que han estudiado el comportamiento de diferentes tribus han constatado que existe un «universal», que todas ellas utilizan narrativas para explicar cómo son las cosas y cómo se tienen que contar (esas cosas).

Una narrativa también es una conversación. Una conversación que fluctúa desde lo banal, una broma, o lo extraordinario, dando forma a un héroe. Esta conversación tiene la habilidad para construir normas sociales que, en cierta medida, afectan o conducen nuestras actividades, entre las que se encuentran las actividades económicas.

La diferencia entre la narrativa y el mito es, a mi modo de ver, que la primera es efímera y puede ser superficial; el mito es permanente y nos explica categorías de una dimensión más profunda y compleja. Tienen en común que existen ciertas estructuras que se repiten; en el caso de las narrativas la aventura, propósito, venganza, transformación… en el caso del mito el viaje del hérore, muerte y transformación, el viejo sabio etc. Algunas de las narrativas que sobreviven al tiempo, pocas, acaban en mitología precisamente por eso, por su estructura básica de significado más profundo.

Para intentar comprender cómo funciona la economía y, sobre todo, esa parte que son los mercados financieros y sus realidades particulares, necesitamos comprender las narrativas y los mitos. Volvemos al dilema de las fórmulas o el teorema; hay que entender los segundos, en caso contrario cuando cambian el problema estás perdido porque te han cambiado el contexto.

Para comprender necesitamos entender cuál es el contexto, los contextos cambian, y para entender los contextos necesitamos identificar las narrativas de cada época.

La siguiente crisis será diferente de la anterior (narrativa) aunque habrá muchos elementos comunes (mito), pero el mito, aunque se repite (ciclo) o se viste de relato diferente (contexto).

Vivimos una época apasionante porque todo está cambiando y la ventaja de la realidad (ámbito) financiera es que se materializa en cosas concretas, hay resultados todo el rato; necesitamos la abstracción, pero nuestro bolsillo sufre si no la utilizamos correctamente (concreción).

# Narrativas económicas

Las narrativas son fenómenos que se han estudiado mucho, durante largo tiempo, y mediante experimentos controlados en otras disciplinas como el Marketing, Periodismo, Antropología, Educación o incluso la Filantropía. En todas ellas las personas responden de manera contundente ante diferentes narrativas.

Sin embargo carecemos de este marco de trabajo e investigación en el campo económico. Lo más parecido que se ha investigado es la «Teoría de la retroalimentación” (“Feedback theory”), que es algo insuficiente; modelitos y fórmulas muy básicos.

No se pueden explicar la severidad de las recesiones, burbujas y calentones o estancamientos económicos con unos multiplicadores, unas igualdades lineales. Precisamente por esto es por lo que funcionan las estrategias de inversión de tipo momentum; los mercados cogen momento (por ejemplo están subiendo) y siguen haciéndolo (se alarga esa subida) por un aspecto de psicología social y una parte importante de su razón de ser es la narrativa en la que se vive. Por eso los mercados no son eficientes y por eso este tipo de estrategias de inversión son las que mejores resultados ofrecen; se invierte con el fluir de la narrativa.

Es muy difícil hacer predicciones de futuro, se nos da mal. Por eso nos gusta mucho el pasado (backtest) para intentar predecirlo, porque aquel es estático; pero el futuro es incierto y eso quiere decir que se está creando; que es mutable, que fluye. El futuro es creativo por naturaleza. Lo que sí podemos hacer es tener un marco, un contexto en donde se pueden materializar ciertas situaciones (un espacio de situaciones, no un resultado concreto) y para ello comprender la narrativa donde nos encontramos es uno de los métodos más eficaces.

Robert Shiller (el gran premio nobel de economía) dice lo siguiente al respecto:

«Cuando nosotros, como economistas, queremos entender los eventos económicos más significativos de nuestra historia, como la Gran Depresión de los años 30, o recesiones sucesivas, o políticas sobre riqueza y pobreza, raramente nos centramos en las narrativas importantes que las acompañaron».

Narrative economics. Working Paper 23075, 2017

Narrativas economicas en investigacion
El % de papers en Economía y Finanzas es reducido en relación a otras disciplinas.

Ciertas narrativas conectan con nosotros por algún anclaje psicológico y nos dan la oportunidad de tener un modelo de comprensión determinado, nos permiten dar significado, de forma temporal, a ciertas situaciones. Una de las más recientes es la narrativa de la austeridad, que veremos más abajo.

Una de las cosas que han comprobado los psicólogos es que experiencias con fuertes emociones, como el miedo, se extienden a otras áreas que no tienen que ver con aquellos; por ejemplo, una época de problemas de salud en un familiar puede afectarnos a la concepción de riesgo de nuestras inversiones. De manera externa a nosotros es lo que ocurre con lo que cuentan los medios de comunicación, exagerando los miedos y la confianza cuando todo va bien. En un estudio se confirmó que algo como un terremoto influye en las estimaciones sobre un posible crash bursátil. En un terremoto se instalan ciertas narrativas negativas y violentas, que van afectando a la manera en que se enfocan otros asuntos, afecta a los inversores, a los periodistas y comienza un bucle que lo retroalimenta. El accionador es la psicología individual y colectiva y la narrativa es la autopista a la retroalimentación del fenómeno. Con el tiempo desaparecerá porque es efímera.

# Un par de ejemplos de narrativas económicas

En abril de este año di una conferencia con Chechu Salas que llevaba por título «Cuánto vale una idea: Revolución digital, finanzas y creatividad» en el evento anual Inspirational.

Una de las imágenes que utilizábamos era una pintura mitológica, para explicar que la valoración (financiera) son números pero también historias; hay que entender cada historia, hay que comprender la narrativa que lo sustenta.

Por esta razón no existen programas automáticos que valoren correctamente empresas o activos; pueden servir para aproximar o evitar una parte del trabajo, pero el contexto lo tiene que poner el valorador.

Robert Shiller en su paper «Narrative Economics» cuenta por ejemplo la narrativa que surgió con la famosa Curva de Laffer, que se utilizó para bajar impuestos a las rentas altas (era la época de Reagan y Thatcher) pero que en realidad funcionó muy bien, para convencer a la gente de algo que en realidad la curva no predecía bien. La narrativa creó un marco de comprensión que en realidad era erróneo.

Narrativas economicas curva de Laffer

Es curioso, porque en 2008-2013 hubo un repunte; digo curioso porque la narrativa fue diferente y tiene que ver con la austeridad. Una austeridad muy particular. Veamos.

Cuando llegó la crisis iniciada en 2008, en Europa se nos dijo que teníamos que ser austeros; había que gastar poquito. Vale, comprensible, razonable.

Las autoridades monetarias y fiscales nos aconsejaban cual padres. Había que hacer un sacrificio.

Pero había un problema; era una austeridad un poco rara, un tanto particular; había unos que se tenían que sacrificar… para que otros no lo hicieran.

Comenzaron a subirnos los impuestos a las familias y empresas hasta el estrangulamiento, mientras el sector público no se ajustaba, es más, se ampliaba. Y nos cortaron el grifo de la financiación, mientras se inundaba de dinero a los gobiernos y se rescataban bancos (crowding out incluido). Su principal impulsor, Alemania, que no ha saneado su sistema bancario y vive de Europa.

Lo interesante de este episodio (el resto produce cabreo) es comprender que se había instaurado una narrativa, una historia colectiva, que funcionó; todo ello apoyado por estudios de los más prestigiosos economistas (lee por favor esta entrada que escribí en 2013) y la comunicación.

Se nos había dado un marco interpretativo que en realidad era erróneo pero que arrastraba muchas anclas psicológicas muy fuertes.

Narrativa económica: "Austerity"
Narrativa económica: «Austerity». Obtenido de Google Trends.

En el periodo 2010-2015 estuvimos inmersos en esta narrativa. Los picos coinciden con problemas que finalmente se parchearon (el segundo pico es de 2015, momento en el que salía Draghi a calmar a los mercados porque aquello no pintaba bien).

Narrativa económica: "Austeridad" en España
Narrativa económica: «Austeridad» en España

En España esta narrativa económica tuvo mucha mayor fuerza (en general en los paises del sur de Europa) y penetró en todas nuestras conversaciones, preocupaciones e incertidumbres hasta la parálisis. Fueron unos años muy duros, donde la atmósfera era deprimente y muy negativa y las narrativas que nos compartieron lo agravaron.

Como podemos ver en las imágenes, después del expolio al ciudadano y empresas, la narrativa desapareció. Había funcionado.

¿En qué narrativas vivimos ahora?

Esta es una gran pregunta. Lo cierto es que es mucho más sencillo comprender una narrativa cuando ha pasado, cuando estamos dentro de una de ellas es mucho más complejo, porque está en nuestra constelación de vivencias y procesos cognitivos. Esto tiene cierta relación con el concepto de paradigma que vimos en el post anterior.

Es nuestra obligación intentar salir de ella, aunque sea de manera abstracta.

Por desgracia esta es una cuestión que requiere un par de cervezas (o cinco o seis) y buena música que nos taladre el tímpano de vez en cuando para no caer en la autocomplacencia.

Como no puedo ponerte a Jimi Hendrix emulando bombas en Vietnam para que te explote la cabeza, vamos a algo más práctico.

# Aplicaciones a los mercados financieros

La pregunta ahora es, ¿podríamos aplicar esto para entender los movimientos de mercados financieros?

Si

Pero de una manera muy concreta; para entender cuáles son las fuerzas que los van a mover y tener un contexto de lo que puede suceder y una comprensión mayor de sus efectos macroeconómicos.

Una de las cosas que hemos estado probando para Uncommon Finance es la creación de indicadores de «sentimiento de mercado», pero en lugar de basarlo en encuestas a gestores o responsables de producción/compras (que son las más importantes), basándolos en las búsquedas que hace la gente en internet.

Algo relativamente sencillo, nada de big data utracomplejo; búsquedas de significados.

Y aquí viene el meollo de la cuestión: cuando estos significados crecen de manera exponencial, nos encontramos ante una narrativa. Esta narrativa colectiva es la que mueve los mercados de manera violenta.

Ahí tenemos que estar nosotros para intentar comprenderla.

Por su propia naturaleza es una interpretación «contrarian», porque nos obliga a salir de ella para establecer un contexto.

Vamos a ver un ejemplo:

Indicador de sentimiento Uncommon Finance
Indicador de sentimiento Uncommon Finance. Periodo 2004-2019.

La línea naranja es el MSCI World (el índice de acciones a nivel mundial) y la línea negra es el indicador de sentimiento, cuando está cayendo quiere decir que la preocupación de las personas sobre asuntos que afectan a la economía/mercados comienza a aumentar. Las barras grises son avisos, pero lo realmente interesante es ver cómo se comporta el sentimiento general con respecto a lo que sucede en los mercados.

El primer pico de la línea naranja es el máximo de 2007 antes de la gran caída. Entonces el indicador de sentimiento ya venía cayendo desde un año antes de manera preocupante (divergencia). Desde enero de 2018 hasta ahora viene sucediendo una divergencia parecida (el índice de sentimiento cae, la bolsa se mantiene arriba).

Indicador de sentimiento Uncommon Finance
Divergencias entre bolsa y sentimiento

En esta segunda parte lo que hacemos es aplicar, de manera creativa funciones matemáticas básicas (sumar, restar y dividir). Se trata de interpretar el gráfico y de tratar de comprender lo que ocurre por detrás. Y el output que sale es muy satisfactorio.

Para comprender los eventos extremos o muy fuertes, que vienen provocados entre otras cosas por las narrativas, tenemos que comprender que normalmente se intenta buscar una causa única, o razones muy simples, debido a que nuestra mente evita la incertidumbre, pero las cosas no funcionan así; los resultados de esa naturaleza vienen provocados por una confluencia de factores interconectados. Por esta razón utilizamos un cuadro de indicadores que analizan diferente información; indicadores estructurales, de momento y de sentimiento real (qué pasa por la cabeza de la gente).

Existe un campo de investigación en la economía muy interesante, que si bien se conoce desde hace muchísimo tiempo está poco transitado, porque además ahora disponemos de datos a nivel global que pueden llevarnos a comprender mejor cuáles son las narrativas en las que estamos inmersos y cómo pueden afectar. Se podrán desarrollar métricas a nivel cuantitativo, aunque esto solo como input, nunca como output. El análisis de textos, comprender la semántica, el contexto de conceptos que rodean a lo que expresamos y buscamos es un campo por explorar en la disciplina económica.

Para escapar del ruido y la aleatoriedad en la nueva economía de terabytes de información caótica es imprescindible desarrollar habilidades creativas; comprender las narrativas económicas y aplicarle ideas de otros campos es una forma de síntesis creativa.

Las narrativas económicas mueven montañas. Montañas de dinero.

*

Nota: Si quieres ver cómo está el indicador en estos momentos puedes acudir a esta página. Lo hemos dejado en abierto desde Uncommon Finance para que cualquier persona pueda consultarlo en cualquier momento.

2 Comentarios

  1. Muy buena «narrativa». Coincido en tener mirada crítica y creativa ante estos mensajes mediáticos, (coronavirus) a veces descontextualizados de las políticas económicas.
    Muy interesante! Para pensar

  2. Muchas gracias Nelly.

    Necesitamos una nueva mirada y contemplar diferentes ángulos con perspectiva.

    La creatividad y la capacidad de integrar diferentes categorías de significado, fundamental.

    Un saludo,

    Jorge

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