La trampa de la liquidez y por qué no debemos fiarnos de Alemania

Seguramente hayas escuchado en los últimos tiempos la expresión Trampa de la liquidez. Suena un poco esotérico pero te lo voy a explicar de forma sencilla.

La trampa de la liquidez es la situación en la que las políticas monetarias dejan de funcionar; llega un momento en que por mucho dinero que inyecten las autoridades económicas en el mercado y bajen los tipos de interés, no sirve para nada. No ayuda, es más, solo ayuda a empeorar la situación como veremos más adelante.

La trampa de la liquidez según la disciplina

Como sabemos, las autoridades económicas disponen de dos herramientas para reactivar o frenar la actividad económica: política fiscal y política monetaria. La primera se lleva a cabo mediante la modificación de los impuestos que los diferentes agentes de mercado y sus actividades, la segunda se lleva a cabo modificando la cantidad de dinero en circulación a través de créditos/deuda y modificando los tipos de interés de referencia.

En 2013 se cumplió el 100 aniversario de las dos mayores innovaciones en la política económica estadounidense; la enmienda constitucional que aprobaba los ingresos federales del país vía impuestos y la ley que establecía la Reserva Federal como autoridad monetaria. Hicieron falta dos décadas hasta que se asociaran estas nuevas instituciones a la política fiscal y monetaria respectivamente, esto se produjo en la depresión de los años 30 porque se hizo necesario buscar mecanismos que reactivaran la economía. Como vería Keynes por primera vez, se podían utilizar las políticas económicas como herramienta para manejar los problemas macroeconómicos, respuestas contra-cíclicas de carácter fiscal y de carácter monetario (Friedman).

Los encargados de llevar a cabo la política monetaria son los bancos centrales, en el caso de Europa el Banco Central Europeo, en Estados Unidos la Reserva Federal. Siempre son los Bancos Centrales de las economías nacionales. Ante situaciones de recesión y depresión como la actual las autoridades monetarias entienden que incrementándose la masa monetaria (créditos) y bajando los tipos de interés, provoca que los niveles de inversión y consumo se eleven, afectando positivamente a los niveles de empleo y producción. De esta forma se reactiva la economía.

Pero esto no es tan sencillo. De ello se dio cuenta por primera vez John Maynard Keynes en su obra magna Teoría general del empleo, el interés u el dinero. Aunque para el economista inglés suponía una excepción y casi cuariosidad intelectual, la gran depresión de los años 30 en Estados Unidos reafirmó su teoría, la de que la gente prefiere la liquidez y por debajo de cierto tipo de interés la política monetaria no funciona.

Esto hizo que John Hicks lo tuviera en cuenta para el desarrollo de su archiconocido modelo IS-LM en 1937 y que luego desarrollaría Alvin Hansen. El modelo IS-LM relaciona la producción nacional (IS = Investment, Saving) y el mercado monetario (LM= Liquidity preference, Money Supply). Dicho de otra forma, relaciona la economía real (PIB) con las decisiones en política monetaria.

Modelo IS-LM con aplicación de política monetaria (expansiva)

El modelo muestra la interacción entre los mercados reales (curva IS) y los monetarios (curva LM). Ambos mercados interactúan y se influyen mutuamente ya que el nivel de renta determinará la demanda de dinero (y por tanto el precio del dinero o tipo de interés) y el tipo de interés influirá en la demanda de inversión (y por tanto en la renta y la producción real). Por tanto en este modelo se niega la neutralidad del dinero y se requiere que el equilibrio se produzca simultáneamente en ambos mercados. (Wikipedia)

Sin embargo, la explicación que se da en la disciplina es un poco farragosa. Veamos.

» Cuando los tipos de interés se mantienen próximos a cero, los agentes prefieren tener liquidez preferencia por la liquidez en lugar de invertir ese dinero en actividades productivas.
»El aumento del dinero en circulación no tiene efecto sobre los precios y cantidades a producir debido a la preferencia de liquidez, en contra de la teoría cuantitativa de dinero, que sostiene que las cantidades y precios de dinero están directamente relacionadas y son proporcionales a la cantidad de dinero en circulación.
»La curva de la preferencia se hace infinitamente elástica debido a la esperanza unánime, por parte de los inversionistas, de que el tipo de interés no puede bajar más, el precio de los títulos valores son tan altos que nadie confía en que sigan subiendo. Como consecuencia de ello, todo el mundo prefiere poseer dinero ocioso y la política monetaria no sirve para nada.”

En otras palabras, la política monetaria es inservible para reactivar la actividad económica a partir de cierto nivel de intervención. Las aspirinas a partir de cierto número dejan de tener efecto, si a partir de la quinta te sigue doliendo la cabeza entonces es el remedio no es el adecuado, a parte de la acidez de estómago que te va a provocar.

Vamos a ver qué sucede en la realidad.

La trampa de la liquidez en la realidad: más dinero no sirve

La expansión monetaria de los últimos años ha sido la patada final al fin de un periodo de la Historia, el de la economía capitalista iniciada en la revolución industrial de finales del siglo XVIII. Los países más ricos hemos utilizado el endeudamiento para mantener de forma artificial el status quo del que disfrutábamos; el mecanismo de un sistema en fase terminal que lo único que ha hecho es crear deuda a cambio de nada. La deuda luego hay que devolverla y si no la utilizas para inversiones productivas te come y lo que es pan hoy es hambre para la década siguiente. Es un modelo de crecimiento de nulo recorrido.

A partir de cierto nivel,el dinero inyectado no hace nada. Es estéril.

O mejor dicho, con más dinero cuya única contrapartida es creación de deuda, ya no se sale.

La financiación es una relación entre posiciones deudoras y acreedoras. Esto es así tanto a nivel interno dentro de los países (entre sus agentes económicos) como a nivel internacional entre países. El problema es que estas relaciones entre deudor y acreedor no son tan sencillas como que uno le debe al otro; existe una maraña de intermediarios, una red compleja en la que las relaciones no son directas y en las que el dinero no tiene por qué ir al lugar necesitado ni salir del sitio excedentario. Esto va en contra del principio de eficiencia de mercado en el que los recursos van de un sitio ocioso a otro donde es deficitario. De hecho puede suceder todo lo contrario.

Es lo que ha ocurrido en Europa, en la Europa austera. Los más endeudados y en peor situación no les llega el dinero (crédito) y aquellos que no lo necesitan son los que pueden disponer de el o los que lo retienen.

Como dice @ftriasdebes en su libro El gran cambio, “la economía, especialmente la financiera, es la historia de las pugnas entre deudores y acreedores (…) Los principales acreedores mundiales tienen el control directo o indirecto de las divisas y de la creación de dinero. Alemania domina la política del Banco Central Europeo y China posee reservas por valor de un trillón de dólares, por lo que la Reserva Federal puede hacer un uso limitado de su máquina de hacer dinero, pues toda creación de dinero sin contrapartida es en realidad un empobrecimiento para todos aquellos que tienen activos o ahorro en tal divisa”.

Si China dejara de financiar a EEUU, podría llevarlo a la quiebra y a hiperinflaciones. Millones de personas abocadas a la pobreza en el país más rico del mundo.

La realidad de la trampa de la liquidez queda fuera de toda duda, la estamos sufriendo, por mucho que se revuelvan los monetaristas y economistas de la escuela austriaca ultra-ortodoxos. (Si quieres que uno de ellos salte, háblales de política monetaria, como se creen los sumos sacerdotes cualquier persona que ose opinar sobre este tema es demonizada y ridiculizada. Tengo que decir que los escritos de Hayek y compañía me gustan muchísimo, y estoy de acuerdo en buena parte de sus afirmaciones y postulados, pero como de costumbre sus seguidores no gozan de mi misma estima. Pasa lo mismo con Keynes, Marx, Stuart Mill, Smith, Marshall, etc. Los pensadores fundadores gozaban de una libertad y flexibilidad que no conocen sus escuelas seguidoras.)

Desde su concepción, el concepto de trampa de la liquidez ha sido duramente atacada, sobretodo porque no han existido episodios prolongados con su efecto en las economías desarrolladas. Esto es lógico debido a que la política económica de la economía moderna cuenta apenas con ocho décadas de existencia, desde la citada época de entreguerras.

Pero en los años 90 reapareció, apenas dos décadas después de la estanflación estadounidense que llevó a todo el keynesianismo a la sombra y lo marginado. Sucedió en Japón. Desde principios de los 90 los tipos de interés de la economía nipona están cercanos a cero (en tipos reales negativos) y sin embargo no se ha traducido en una mejora en la economía real, al revés se ha perdido más de una década con tipos nulos y deflación, lo que ha hecho que

»su deuda creciera mucho al emitir dinero para la bajada de los tipos de interés, y
la no reactivación de la economía real ha llevado a una deflación de sus precios con lo cual,

» esa deuda ha crecido todavía más debido al proceso deflacionario

Si tienes deflación la deuda de hoy vale menos que la deuda de mañana. En otras palabras; la deuda se multiplica aunque no se pida más, porque al devaluar tu moneda la deuda que está en otra moneda se aprecia y en consecuencia lo que le debes.

A partir de la crisis iniciada en el año 2008, el proceso de la trampa ha venido a la cabeza de los economistas, ¿cómo ha ocurrido en nuestro caso?

Entre 2008 y 2013 la Reserva Federal de Estados Unidos ha triplicado su base monetaria y las tipos de interés se han acercado a cero. Sin embargo esto no ha tenido ningún efecto en la economía en términos reales. Todos los índices bursátiles están artificialmente altos debidp a las intervenciones de la Fed imprimiendo billetes (QE) y las caídas pueden ser monumentales. Todo ello se traduce en emisión de deuda, que han comprado países como China y Emiratos Arabes, deuda que nadie sabe cómo van a devolver.

El caso de Europa es peor. A esto hay que añadir la mal llamada “austeridad”. Europa es una región económica donde hay unión monetaria pero no fiscal y política (ni cultural), con lo que la autoridad monetaria, en otras palabras el Bundesbank, hacen lo que quieren en base a a sus intereses. Estos (Alemania y Francia) han obligado a los países periféricos a pedir rescates en lugar de negociar deudas para así ellos poder recuperar todo lo prestado y seguir exportando y permitiendo que sus socios-clientes se sigan hundiendo.

Japón parece un caso perdido. Han realizado un hara-kiri, con una deuda que supone 2,5 veces su PIB (aprox). Este año se han endeudado un 40% para conseguir un 1,5% de crecimiento del PIB. Para que te hagas una idea, es como si una empresa que factura 1 millon de euros al año, pide un préstamo de 1 millón de euros para facturar 15.000 euros más.

En Estados Unidos la fuerza laboral tienen niveles de población activa de 1978. Ni en Estados Unidos, ni en Europa ni Japón se han mejorado las tasas de empleo, de la actividad productiva ni de ninguno de los indicadores de la salud económica. Todos menos Alemania de la que hablaremos al final. Hasta la Fed y el Banco Internacional de Pagos lo han reconocido, declarando hace un par de años que la política monetaria ha sido completamente incapaz de resolver la actual crisis financiera, tal como hemos señalado desde 2008.

¿Por qué no debemos fiarnos de Alemania?

A los acreedores internacionales no les interesa que el endeudamiento de los países a los que prestan se haga mediante la impresión de dinero, por una razón muy simple, dejarían de cobrar la totalidad de lo prestado pues el dinero prestado se devalúa y disminuye.

Es lo que está ocurriendo en nuestra querida austeridad alemana. Para empezar, como la moneda es la misma para todos los países, caso de España y Alemania, ya no se puede devaluar una respecto a la otra. Además han llevado cabo un mecanismo perverso; han dejado barra libre desde el Banco Central Europeo.

¿Barra libre los alemanes?, es vox populi que nuestros vecinos germanos no son precisamente gastadores, mas bien un poco agarradetes. ¿Cómo es posible esto? Algo no cuadra.

Cuadra muy bien. Cuadra a lo alemán, la barra de liquidez es para que los países periféricos (entre ellos España), endeudados con préstamos alemanes y franceses, podamos devolverles lo que nos han prestado. Resulta que el BCE está controlado por Alemania. Casualidades de la vida.

Como el BCE no puede prestar directamente, se hace a través de la banca comercial, de forma que en el proceso se han lucrado los bancos sin riesgo alguno, los prestamistas alemanes y franceses han recogido lo prestado, y el pato lo estamos pagando los ciudadanos. Simple y diabólico. Frio y calculado. Muy alemán.

Como una buena parte es deuda privada, el proceso de recuperación de esta deuda por parte de sus acreedores originales (Alemania y Francia) ha sido el siguiente:

1º. Banco español debe a banco alemán
2º. El BCE presta dinero al estado español para que rescate el banco español
3º. El estado español emite deuda para devolver el dinero al BCE
4º. Banco español devuelve su deuda al banco alemán
5º. Se transforma deuda privada en pública y se paga vía subida de impuestos
6º. Situación final: se ha trasladado la deuda del banco español con el banco alemán, al banco español con el estado español, que como sabemos tenemos que pagar los ciudadanos de España vía impuestos.

Todo está orientado a que Alemania y Francia recuperen todo lo prestado. Desde el derecho romano se establece que cuando no se puede devolver lo prestado deudor y acreedor deben llegar a un acuerdo. El deudor tiene responsabilidad de lo debido, pero el acreedor también tiene responsabilidad de haber prestado puesto que se ha lucrado y ha asumido un riesgo. En los años precedentes alemanes y franceses han disfrutado ganando con lo que nos han prestado con bajo riesgo. En el interés cobrado está incluído ese riesgo, ya se cobra. Si una empresa vende a un cliente asume un riesgo de impago que debe calibrar, en caso de no cobrar lo podrá llevar a juicio y dependiendo de la circunstancia y situación del deudor cobrará todo, parte o nada. Pero los alemanes no están dispuestos a perder un céntimo, no quieren negociación bilateral, sino imposición unilateral y van a hacer lo que haga falta para ello. No siguen las reglas del comercio desde la época de Augusto-Cesar.

Y esto tendrá consecuencias. Sin ir más lejos, la segunda guerra mundial explosionó por culpa de lo mismo, los países vencedores de la primera guerra mundial impusieron tales condiciones de devolución de deuda por los desperfectos de la guerra que acarrearon hiperinflación, pobreza, desempleo y… ya sabemos como acabó.

Como dice @ftriasdebes, los acreedores aprietan tratando de no ahogar a la par que intentan salvar sus muebles en caso de que se fracture Europa, por eso exigen como contrapartida a lo prestado reformas estructurales en el mercado de trabajo y fiscalidad, para evitar que nos endeudemos por otras vías y asegurar que cobran todo.

Este es uno de los mecanismos, pero el otro, por si «se escapa el gato», es el de retener los bienes inmuebles (ahorros) y confiscarlos, como pasó en Chipre. Algunas fuentes de internet que consulto ya hablan de que Merkel ha dado la orden de en caso necesario realizar la confiscación ya que “la mejor manera de transferir  la riqueza de los países del sur es confiscar parte de los bienes inmuebles y así evitar la quiebra del sistema financiero”. Como dicen en este post de Gurusblog:

«Esta semana ha sido el mismísimo Banco Central de Alemania (Bundesbank) quien ha recomendado realizar urgentemente esa confiscación masiva y puntual a la riqueza. Con luz y taquígrafos, en pleno Wall Street Journal. Lo que en inglés vienen a llamar “one-time tax on private wealth“, es algo que va a suceder en cuanto los impagos de Grecia (Mayo y Agosto 2014) vuelvan a sacudir los sistemas financieros de la periferia europea (o sea Italia y especialmente Portugal y España), despertándolos a bofetones de insolvencia.(…)

El Bundesbank opina, al igual que los “cinco sabios”, que no sólo es la mejor y más justa (desde el punto de vista de la UE, norte-sur) manera de afrontar el agujero negro de la periferia, sino que además evita el contagio hacia economías que son más solventes y que, de ese modo, se librarán de ser arrastradas al fango de la quiebra junto con la periferia. Además, hacen hincapié en la urgencia y la necesidad del factor sorpresa de la confiscación para que ésta sea más efectiva.

El orden en el que se van a confiscar los activos ya se reguló discretamente en Bruselas el pasado verano, con nocturnidad y alevosía. Ya no habrán más improvisaciones como la chapuza de Chipre, no. La próxima vez se confiscará de manera “legalizada y ordenada”. En definitiva, queridos inversores, pintan malos tiempos para los que tengan patrimonios cautivos en España. (…) los que tengan inmuebles y cuentas bancarias en España, forman parte de la primera linea de fuego de la confiscación puntual de la riqueza. Carne de cañón para ese “one-time tax on private wealth”, al que pronto alguien bautizará oficialmente con un nombre imaginativo, solidario y políticamente correcto.»

Volviendo a la Trampa de la liquidez, Hoy día hay más motivos aún por los que los agentes económicos decidimos mantener activos líquidos –cash-:

1. El control por parte de las autoridades monetarias de los tipos de interés nos ha llevado a una situación irracional de tipos de interés bajos y al mismo tiempo con un alto riesgo de impago. Se ha abusado de la política monetaria hasta un nivel en el que pierde toda eficacia para crear empleo.
2. La falta de garantía de los depósitos bancarios superiores a 100.000€ hace que las grandes fortunas líquidas tiendan a atesorar ese dinero en casa en caja fuerte. Además el riesgo de fiscalización que acabo de comentar hace que esto se agrave.
3. La nula rentabilidad que ofrecen los bancos hace que prefiramos tener ese dinero disponible (liquidez) en lugar de invertirlo en inversiones o productos financieros a través del ahorro.
4. El rescate de las cajas y la creación del banco malo han creado riesgo moral e inseguridad de las familias y empresas respecto a su ahorro, lo cual ha generado dudas y expectativas negativas que hacen que el dinero esté en nuestro bolsillo antes que emprender cualquier acción.
5. En inyecciones de liquidez adicionales el dinero no baja a las empresas y familias, se queda en el entramado de los poderes fácticos, esa relación incestuosas de bancos-estados y sectores con potentes lobbies.
6. El poco dinero que baja, si es que baja, es utilizado para hacer frente a obligaciones de gasto corriente e imprevistos futuros, no para invertir, arriesgarse y crear empleo. Bastante riesgo hay en el sistema de por sí. Por eso la política monetaria deja de incidir en la producción, el precio de lo producido y el empleo

En definitiva: dinero prestado del BCE que ha ido a parar a los acreedores privados alemanes y franceses, dinero prestado del BCE para salvar las cajas españolas que ha permitido un circuito perverso de emisión de deuda pública-ganancias sin riesgo de los bancos comerciales-crowding out, dinero que no ha llegado a la economía real y ahogamiento via impuestos a la población y empresas. Todo ello para obtener un resultado de más paro, más corrupción, deflación y pobreza.

¿Para qué crees que es la normativa SEPA (Zona única de Pagos en Euros, o Single Euro Payments Area, en inglés) de control de pagos? Si si, esa en la que te piden tu IBAN y volver a dar todos tus datos. Exacto, para controlar todos y cada uno de tus movimientos bancarios para confiscar más allá de tus fronteras.

El próximo día hablaré de las formas de proteger vuestro dinero frente a la confiscación de las autoridades.

Por +Jorge Segura

1 Comentario

  1. ?Donde puedo encontrar la continuacion de este articulo.que.mencionas al.final?gracias y fsntsstico articulo

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