Uno de los grandes desafíos de cualquier persona, si no el más grande, es formar una familia y organizarte el día a día con toda la complejidad, cambios profundos y esfuerzo que implican.
Es el típico asunto que desconoces hasta que te toca. Hasta los 30 todo es «libertad financiera» y este tipo de cosas. Pero según avanza la vida, esta se hace más compleja.
Hoy en día parece es una odisea tener hijos (uno o dos, tres o más es de superhéroes), ser independientes y a la vez seguir desarrollando una carrera profesional. Dificilísimo.

Además esto implica algo a lo que no estamos acostumbrados; la renuncia. Los nacidos en los ochenta hacia adelante somos una generación esencialmente egoísta. Pero hay vida más allá de nosotros mismos, algo que solemos descubrir, por lo general, un poco tarde.
Y esto tiene un impacto a nivel financiero. Al final, el balance y cuenta de resultados de una persona te dice cómo es y cómo actúa, de la mimsa forma en que un texto escrito o una conversación te da pistas sobre cómo está ordenada la cabeza del que tienes en frente.
Una cosa que suelo explicar es que las carteras de inversión se pueden estandarizar o, dicho de otra manera, existen carteras permanentes que se pueden adaptar a muchos perfiles y funcionan razonablemente bien, he aquí el caso de los gestores automáticos, que permiten invertir a nivel global en una cartera diversificada con bajos costes. Carteras permanentes hay muchas, testadas durante décadas y todas funcionan relativamente bien.
El problema no son estas carteras, el problema es que no podemos estandarizar la situación personal y familiar de cada persona, porque cada persona es única; su estructura psicológica, circunstancias, decisiones y entorno hacen que sea diferente y único. Para bien y para mal, en todo el espectro de posibilidades.
Es aquí donde más hay que trabajar. Es lo que se denomina «planificación financiera».
Cuando comencé a estructurar un sistema de gestión financiera y lancé la primera edición del Mentoring Financiero, lo que hice fue adaptar la disciplina financiera y presupuestaria de las empresas al individuo/familia. Y fue un acierto porque de una manera relativamente sencilla adaptamos nuestra realidad mediante herramientas de instituciones mucho más complejas que la familia (a nivel financiero), que están totalmente testadas y estandarizadas y que están hechas para sobrevivir (Principio de empresa en funcionamiento).
Es lo que hacen los «planificadores financieros», una figura que en España no se conoce pero es muy importante en los países anglosajones, donde la pensión no está garantizada.
Es tan importante que dedicamos las dos primeras sesiones a este tema, y probablemente el área donde más tiempo tiene que trabajar el mentorizado.
Uno de los problemas que se van a encontrar los gestores automáticos (roboadvisors), sobre todo en España, es que los inversores no han conocido un periodo de crisis; han invertido lo últimos años donde todo ha subido, pero no tienen la experiencia de ver caer su cartera.
Y el problema de esto es que tampoco tienen una planificación financiera. Pasa lo mismo con los fondos indexados. Hay dos posibilidades; formarse bien o estar asesorado por un asesor/planificador competente.
He tenido la suerte de conocer a ciudadanos estadounidenses, por diversas circunstancias, que están asesorados por «su asesor» y tienen toda su cartera en ETFs y Fondos indexados, llevan con ellos más de 10 años y tienen programada su jubilación. Hay un análisis financiero familiar, se realiza un mapa de objetivos reales, se estudia entonces qué tipo de cartera y activos pueden llevar a esos objetivos y luego hay una revisión trimestral o anual. Así durante años, da igual que venga una crisis, o dos, o lo que sea; el plan continúa, y eh aquí una gran diferencia con los objetivos de la gráfica perfecta, el plan se va ajustando año a año a las circunstancias. Y un día se jubilan, con 50, 55 0 60 años. O quizá antes, depende del nivel de ingresos y ahorro.
Pero para ello hay que trabajar mínimo 10-15 años esto, con todo lo que implica.
Otro de los puntos que explico siempre es que invertir en un cartera permanente o parecido es algo «simple pero no sencillo». Metes lo datos, te da la gráfica de escenarios con la curva de equity y «plim» millonario, o casi.
Pero con toda probabilidad no lo vas a conseguir. No porque no se pueda, sino porque van a pasar muchas cosas en tu vida… y los mercados, y no vas a meter esa cantidad fija y ver incólume lo mercados caer mientras los periodistas anuncian el Armagedón cósmico.
Y es aquí donde reside la esencia de la planificación financiera. Es la clave. Luego elegir una cartera y otra, nos dará una rentabilidad un poco más alta o más baja. Lo mismo con el riesgo. Pero bajo mi experiencia este asunto no es tan importante.
Volviendo a la dificultad de «llevar la logística familiar»; es un desafío mayúsculo, todo tu orden previo salta por los aires. Quizá no el primer mes o incluso el primer año, pero a los dos o tres años tu vida ha cambiado por completo y los desafíos organizativos, afectivos, profesionales y la transformación psicológica personal son muy grandes.
Al igual que el principio de entropía de física (termondinámica), todo tiende al desorden y a la mayor complejidad. Y cada vez la incertidumbre se amplía; es aquí donde el correlato financiero es más complejo de gestionar. Aquí es donde está la verdadera dificultad.
Lo apasionante de la gestión financiera es que es una mezcla de finanzas más psicología, o para ser más precisos, es una materialización de la psicología individual (gestión financiera) y colectiva (mercados financieros). Las matemáticas nos dan aproximaciones, pero la verdadera dificultad es gestionar la parte psicológica que es única de cada uno y que va cambiando a lo largo de la vida, entre otras cosas, cuando formas una familia (blanca, gis, amarilla, negra, de Jesús, Alá, Buda o Lao Tse, la que sea).
Debemos gestionar la realidad psicológica personal y logística familiar, año a año, para que las carteras de inversión funcionen.
Me dedico a hacer la estrategia financiera y control económico de negocios con actividad global que están creciendo (Fractional CFO).
También traduzco a números ideas e iniciativas para que sus CEOs tomen decisiones con mayor certidumbre (Sustainable growth).
Buen aporte. Sin una buena planificación no podemos lograr ciertos objetivos y es cierto que con un poco de formación financiera se puede cambiar y para bien nuestro estilo de vida.