Crecer o no crecer: el existencialismo económico de nuestros días

Crecimiento económico
Photo Credit: kevin dooley via Compfight cc

Hace pocos días terminé de leer «El dilema de España» de Luis Garicano. Un gran libro, sobre todo por la claridad con que expone muchísimas cuestiones entrelazadas y complejas en torno a la economía. Se nota que trabaja y piensa en inglés porque las estructuras gramaticales son sencillas y directas. A partir de su lectura me han venido a la cabeza reflexiones sobre temas fundamentales. El primero de ellos el crecimiento de la economía, todos hablan de él; ¿crecer o no crecer?, bienestar vs riesgo, progreso vs peligros, seguridad vs incertidumbre, slow living vs vida frenética, recursos naturales vs coste personal… nos planteamos si es necesario ese crecimiento para el bienestar y progreso de nuestra vida y la sociedad en la que vivimos. La rapidez con la que cambia nuestro entorno y las decisiones personales que debemos tomar a diario cada vez con mayor frecuencia, es tal que la incertidumbre gana peso y comenzamos a plantearnos cuestiones «económicas existenciales»

¿Por qué crece la economía?

El crecimiento de la economía es algo relativamente nuevo. Nos hemos acostumbrado a que crezca todos los años y cuando no lo hace se encienden las alarmas, sin embargo si echamos la vista atrás nos damos cuenta de que ha sido inexistente hasta hace apenas dos siglos.

Evolución PIB per cápita en el mundo desde el año cero
Obtenido de sintetia.com (http://goo.gl/Eb7HVs)

Durante los primeros 1.500 años —después de Cristo— el crecimiento era inexistente y la vida de las personas corta, extremadamente pobre, llena de carencias básicas, dolores, frío, hambre y extremadamente aburrida.

El mayor experto en el tema, Angus Madison —ver su proyecto personal; Maddison Project, ha calculado que durante los 1.000 años d.c. no existió crecimiento, y la renta media estuvo estancada en el equivalente a 600 euros actuales. En los siguientes 500 años el crecimiento fue de un casi invisible 0,05% pero que permitió elevar la población mundial de 268 a 468 millones de habitantes (en el siglo 1 había 231 millones). El crecimiento se aceleró a partir de 1820, cuando ya había 1041 millones de personas. En el siguiente siglo Europa, Estados Unidos y las colonias europeas crecen a un ritmo primero del 0,53% y luego del 1,3% anual sostenido. En el resto del mundo tendrían que esperar al siglo XX para experimentar estas tasas de crecimiento, y solo en las últimas décadas se ha sacado de la pobreza a una gran parte de la población mundial. En definitiva, que el crecimiento económico es nuevo.

Pero el crecimiento es el resultado de algo, la consecuencia, lo que vemos es la materialización de algo previo. ¿Qué lo produce entonces?: las ideas.

Las ideas nuevas son las que permiten que la economía crezca y el mundo prospere materialmente. En un principio se crece porque se acumulan recursos y esos recursos combinados (capital y trabajo) producen nueva producción, pero esto por si sólo tiene un límite ya que nuevas unidades de recursos hacen que estos produzcan menos, la famosa ley de los rendimientos decrecientes. La irrupción de nuevas ideas rompe la ley de los rendimientos decrecientes; con los mismos recursos o menos se puede producir más. Nos permiten crear más con menos, y como dice Garicano la clave está en que esas ideas se pueden copiar infinitas veces. Una vez que alguien sabe crear energía a partir del movimiento del agua, todos en su comunidad pueden copiarlo y hacer que sus trabajos sean más productivos. Y tras la aparición de esa gran idea comienza una fase donde se desarrollan múltiples aplicaciones relacionadas con ella o a partir de ella, que hacen que se de un periodo de crecimiento sostenido.

En los últimos 300 años se han dado tres revoluciones industriales —señaladas tanto en el libro de Garicano como en mi libro «Despierta»— siguiendo el ya famoso paper «Is U.S. Economic Growth Over?»—:

1ª) 1750-1830: motor de vapor y tren

2ª) 1870-1900: electricidad, motor de combustión, agua corriente, industria química, industria petrolífera, comunicaciones y ocio.

3ª) 1960-presente: microelectrónica y telecomunicaciones

La aparición de estas grandes ideas dieron lugar a décadas de innovación que aún hoy siguen presentes, como la electricidad y las telecomunicaciones. Son estas innovaciones las que producen el crecimiento. Y aquí surge otra pregunta clave; ¿qué se necesita para que se produzcan esas innovaciones posteriores a raíz de la idea inicial? Dos cosas: instituciones y capital humano.

Por un lado las instituciones porque se necesita seguridad jurídica y un estado de derecho, que las leyes se cumplan. Las instituciones deben ser independientes e inclusivas porque si no, como hemos podido comprobar en nuestras propias carnes, los extractores de rentas (instituciones extractivas) se lanzan a la yugular a desangrar la primera idea que de dinero. La crisis institucional que vive España va sobre esto, sobre cómo las instituciones independientes han sido fagocitadas por el poder político y es muy difícil que en nuestro país se desarrollen innovaciones que produzcan riqueza.

Por otro lado el capital humano, porque sin el no se puede crecer. Las nuevas ideas y sus innovaciones posteriores nacen en la cabeza de personas inteligentes, espabiladas, formadas y arriesgadas, y la gran mayoría de ellas se dan fuera de los laboratorios y el I+D institucional. Son personas espabiladas que necesitan de un entorno favorable para desarrollar sus ideas (instituciones) y rodearse de gente preparada que les ayude a llevarlas a cabo (capital humano). Una mejora de un punto en el informe PISA está asociada a un incremento porcentual del PIB de 2 puntos, y hay una serie de estudios muy conocidos entre los investigadores que demuestran que el 73% de las diferencias entre tasas de crecimiento de las economías se explican a partir del nivel intelectual de su población (y los ingresos iniciales).

Indicaciones

 

Recursos naturales y crecimiento ¿menor?

Como hemos visto los recursos en principio no limitan el crecimiento. El crecimiento no está condicionado por los recursos. Si un recurso se comienza a agotar suceden dos cosas; por un lado el mercado hace que el precio de ese recurso suba y se conuma menos y por otro lado suceden alternativas a ese recurso. El ingenio humano y el mercado hacen que surja la destrucción creadora que mantiene ese crecimiento. La visión malthusiana de que la población crece de forma exponencial y los recursos de forma lineal es una visión preindustrial y que no tiene sentido en nuestra economía. Prácticamente todas las cosas que consumimos, a excepción que aquellas de primera necesidad —alimento, ropa y hogar—, consumen muy pocos recursos físicos; desde el consumo del coche que ahora consume una tercer parte que hace veinte años a todo el ocio de música, cine, televisión, redes sociales, teléfono, internet, libros electrónicos, periódicos online… básicamente consumen electricidad, que por otro lado es barata y abundante. En el aspecto puramente físico se consume mucho menos, hoy un coche consume una tercera parte de combustible que hace unos años y contamina menos, además el consumo colaborativo está haciendo que su uso sea muchísimo más eficiente, las vacaciones en casas de otras personas, las webs de compras compartidas y un largo etcétera de ejemplos de que el consumo en recursos cada vez es menor.

Sin embargo existen una serie de elementos que apuntan a que el crecimiento en los próximos años o décadas será menor, porque los grandes avances, los que solucionan los problemas más importantes ya se han dado. ¿Preferirías quedarte con todos los avances de la tercera revolución y renunciar a algunos de los anteriores o al revés? Sin facebook, el ordenador o el teléfono móvil puedes vivir, pero sin calefacción, agua corriente y electricidad la cosa se pone fea. Este es el planteamiento de Robert Gordon —posiblemente el mejor historiador económico vivo—, cuya conclusión es que las innovaciones más importantes para la humanidad —calor, hogar, agua corriente…— ya se han dado y el crecimiento generado de ello ya no va a volver.

Pirámide poblacional España. Problema pensiones España.

A esto debemos sumar que la población en el mundo desarrollado cada vez va a estar más envejecida.

Además tiene que hacer frente a un sobreendeudamiento, lo que quiere decir menos consumo futuro. Una población envejecida es menos dinámica y el endeudamiento es el consumo del futuro que ya se ha realizado. Esta variables son claves. El ejemplo de todo esto es Japon, que lleva nada menos que dos décadas estancada (décadas perdidas).

No obstante hay una parte de los expertos en innovación que piensa que el crecimiento se acelerará en las próximas décadas. El estandarte de esta idea es el economista Joel Mokyr, en palabras de Garicano «el mayor experto mundial en la historia de la innovación y de las ideas y su impacto económico» —leer su entrada en Nada Es Gratis sobre este tema porque es muy buena—. Se basa en tres premisas para ello:

1. El progreso tecnológico no solo es consecuencia de los avances científicos, sino que también es la causa de nuevos avances. En otras palabras, progresamos porque ha habido progresos previos, hay una dependencia del pasado. En este sentido las mejoras en casi todos los ámbitos han sido exponenciales en las últimas décadas. El progreso se acelera.

2. La caída del coste de acceso a la información. Yo añadiría la caída de las barreras de entrada para que cualquiera pueda innovar, aunque está íntimamente relacionado con la información. Las tecnologías de la información suponen una drástica reducción de estos costes de acceso, de esas barreras.

3. Las instituciones y la reputación que consiguen los científicos o desarrolladores de ideas mediante la apertura de sus ideas al mundo. Abrir las ideas al público recompensa al científico o desarrollador de la idea con reputación y acceso a financiación gracias a esa reputación.

 

¿Es necesario el crecimiento para el progreso y bienestar?, ¿se puede elegir crecer o no crecer?

Esta es una de las grandes cuestiones que se debaten en todos los rincones; desde las posiciones políticas y sociales a los propios académicos. Es un tema apasionante porque en el fondo no lo sabemos pero es crucial para el futuro de nuestro bienestar, la distribución de la riqueza y el estado de la propia naturaleza como fuente de recursos.

Como acabamos de ver, la dificultad de que las nuevas innovaciones produzcan crecimientos como los que estamos acostumbrados, sumados a los problemas institucionales (graves), los problemas demográficos y los problemas con los excesos de deuda (hay que pagarla y supone menos recursos) auguran un futuro en el que los más probable es que nos tengamos que acostumbrar a crecimientos cercanos a cero. Una especie de vuelta a la edad media en cuanto a estancamiento económico. Aunque debemos ser cautos porque tanto las razones de Gordon como las de Mokyr se basan en una lógica aplastante.

Esta es una conclusión que va a alegrar a muchos partidarios del «decrecimiento» o «crecimiento nulo». Pero encierra un problema, un problema muy grave: en una economía de crecimiento cero lo que uno gana el otro lo pierde. Si una región económica gana 10 es porque se lo ha quitado a otra. Con el crecimiento esto no pasa, porque mientras uno gana al otro se le retribuye con ese crecimiento vía políticas de distribución de ese crecimiento. Sin crecimiento esto desaparece, que te quede claro.

Un apunte importante que hace Garicano, es que hasta la llegada del crecimiento económico, lo que uno ganaba era porque se lo quitaba al otro, por eso la única política posible era el robo, expolio, la conquista y la guerra, entonces el crecimiento vino como un bálsamo para esas disputas, puesto que la distribución de la riqueza se hacía por la fuerza. De hecho dentro de los países desarrollados capitalistas no existen conflictos bélicos importantes desde el final de la segunda guerra mundial.

En un juego de suma cero los compromisos son muy difíciles y las disputas son cada vez más violentas. El crecimiento evita que el perdedor tenga que robar o entrar en conflicto.

Esto lo vemos con mucha claridad en el caso español. Tras la transición de finales de la década de los años 70 la financiación autonómica se concedió sin problema alguno, años de crecimiento y entrada de capitales de la comunidad europea a raudales. Ahora que no se crece y no entra dinero, están todas las comunidades con el cuchillo en la boca porque lo que una exige a otra se le quita —caso de Cataluña—. El sur autonómico de España es un perdedor neto, que de momento cube su pérdida con lo que dan las demás, pero como ahora no se crece las que daban no pueden seguir dando porque entonces son ellas las perdedoras. Juego de suma cero.

En el caso de la Unión Europea más de lo mismo; a ver quién y cómo se paga la deuda. Hasta ahora Alemania crecía como un tiro, pero se está parando. Veremos cómo sigue el futuro.

Y en general en todas las economías desarrolladas ocurre lo mismo. El crecimiento cero es posible y bastante probable que suceda pero olvidémonos del paraíso celestial de paz, amor y fraternidad.

2 Comentarios

  1. Algunas cosillas para comentar…

    «el endeudamiento es el consumo del futuro que ya se ha realizado»

    Los bienes y servicios que se consuman dentro de cien años serán los que se produzcan dentro de cien años. No entiendo esta especie de regreso al futuro.

    «los problemas con los excesos de deuda (hay que pagarla y supone menos recursos)»

    Supone menos renta disponible para quien paga. Los recursos permancen inalterados, son los mismos. Cuando se paga una deuda se transfiere poder de compra del deudor al acreedor. Si éste consume o invierte la canrtidad recibida o vuelve a ponerla en circulación para que alguien consuma o invierta, el crecimiento o decrecimiento sería el mismo .

    La distribución de los activos financieros o , mejor dicho, su asimétrica distribución genera importantes conflictos y consecuencias indesebles, pero éste es un problema cuya resolución se circunscribe al ámbito estrictamente social. Nada que ver con los recursos disponibles y las capacidades de los habitantes del planeta.

    «De hecho dentro de los países desarrollados capitalistas no existen conflictos bélicos importantes desde el final de la segunda guerra mundial.»

    La mayoría de los conflictos y su resolución , incluyendo la segunda guerra mundial, tienen con elemento nuclear al activo más esencial (al margen de la propia capacidad humana) y que de una manera más definitiva ha contribuido al crecimiento espectacular del siglo XX.: el control del petróleo.

    Salud

  2. Hola Gary,

    Te respondo.

    “el endeudamiento es el consumo del futuro que ya se ha realizado”

    Si ganas 20.000 euros al año y has pedido un préstamo de 200.000 euros para comprarte una casa, habrás hecho un consumo de 200.000 euros pero en los próximos 30 años de tu vida dejarás de consumir esos 200.000 euros mas intereses, que probablemente dupliquen la cantidad, ya que irán destinados al pago del préstamo y no a otras cosas. Yo más que regreso al futuro le llamaría regreso al mundo real.

    “los problemas con los excesos de deuda (hay que pagarla y supone menos recursos)”

    Tu dices «Supone menos renta disponible para quien paga. Los recursos permancen inalterados, son los mismos. Cuando se paga una deuda se transfiere poder de compra del deudor al acreedor. Si éste consume o invierte la canrtidad recibida o vuelve a ponerla en circulación para que alguien consuma o invierta, el crecimiento o decrecimiento sería el mismo .»

    Muy bonito y académico, pero el acreedor es un banco. Fin de la historia. Esa es teoría pura que no se cumple en la realidad. Lo que un banco recibe no lo reinvierte de igual modo en el mercado. Es absurdo.

    Dices «La distribución de los activos financieros o , mejor dicho, su asimétrica distribución genera importantes conflictos y consecuencias indesebles, pero éste es un problema cuya resolución se circunscribe al ámbito estrictamente social. Nada que ver con los recursos disponibles y las capacidades de los habitantes del planeta.»

    ¿Ambito puramente social? Mas bien «ámbito puramente económico» 10-2=8 y se acabó. Por eso los recursos disponibles disminuyen y las capacidades también. Ponte una hipoteca de medio millon de euros a la espalda y una devolución mensual de 3.000 euros y ya verás que capacidades tienes.

    Dices»La mayoría de los conflictos y su resolución , incluyendo la segunda guerra mundial, tienen con elemento nuclear al activo más esencial (al margen de la propia capacidad humana) y que de una manera más definitiva ha contribuido al crecimiento espectacular del siglo XX.: el control del petróleo.»

    Por eso Japón y Alemania (y toda la Europa occidental), 2ª y 4ª potencia mundiales, han crecido tan poco. Además tuvieron la suerte de que la segunda guerra mundial las arrasó por completo y en pocas décadas solo les hacia sombra Estados Unidos. En cambio Venezuela, Argentina y Rusia, que tienen petróleo por doquier, han sido las que más progreso y crecimiento económico han experimentado y aún hoy asombran al mundo. (Modo ironía «on»)

    Muchas gracias por comentar.

    Jorge

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