Predicción de encuestas, complejidad y cartera de inversión

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Comienzo este post con un café mientras veo los resultados de las elecciones estadounidenses. Son las 5:30 a.m.

Hoy es fiesta en España, pero no he podido evitarlo, he mirado el teléfono un segundo y ya mi cerebro no me ha dejado dormir.

Trump va a ganar las elecciones.

Podría escribir, «para mi sorpresa Trump va a ganar las elecciones». Sin embargo, ¿cuál es la sorpresa? Si una mayoría tan evidente ha votado a favor, por qué debería sorprendernos.

Algo parecido sucedió con la votación del Brexit en Reino Unido el pasado 24 de junio. Todos confiaban en que saliera no, pero salió si.

A esto hay que añadir dos cuestiones fundamentales; ni las encuestas ni tampoco el mercado acertaron.

Es algo nuevo.

Dos acontencimientos de tal calado, seguidos, y ambos han errado.

Extraño.

O no.

Vamos a reflexionar un poco, porque lo que ha sucedido en estos meses, puede indicarnos en qué clase de economía y realidad nos va a tocar vivir. Y sobre todo  como afecta a nuestro sistema de inversión a largo plazo.

# No podemos conocer el futuro

La premisa básica que debería reinar en una cartera permanente es esa; no podemos saber cómo va a ser el futuro. Y tu cartera de inversión a largo plazo debería estar construída de acuerdo a este principio fundamental.

Solo tenemos ciertas probabilidades de saber que el mercado va a tener una corrección o recesión, en la parte del ciclo secular donde podemos estar, algunas zonas clave o algunos movimientos probables a corto plazo. Pero no sabemos el momento en qué sucederá, ni su embargadura, ni su impacto real ni la manera exacta en que se va a materializar.

Por ejemplo, mi hipótesis es que todavía nos queda un ajuse en los mercados importante, gordo, pero de corta duración y tras el que comenzaremos un ciclo de crecimiento de unos cuantos años. Pero esta hipótesis también la tenía en enero de 2015 cuando publiqué este post. Es decir, hace mas de año y medio y todavía no se ha dado, de ahí la imposiblidad de saber el «riming». Elementos como la inyección de dinero de los bancos centrales y la evolución de los tipos de interés como se han dado, eran imprevisibles, entre otras muchas cosas.

Lo importante es tener un marco básico y fundamental a largo plazo.

# Es la época con más información y modelos más precisos, pero la predicción con encuestas no acierta

Es curioso, ¿no crees? Todos nuestros movimientos, consumos, transacciones, opiniones… están monitorizados y procesados por algoritmos matemáticos.

Y sin embargo todas las encuestas han vuelto a fallar.

Siendo sincero tengo que decir que esto me encanta. Me fascina.

El ser humano siempre sorprendiendo, siempre libre.

Me fascina porque veo que no hay nada determinista. ¿Te imaginas que se supiera todo de antemano? Sería una realidad robotizada carente de ilusión, esperanza, sorpresa… e incertidumbre. Carente de alma.

Los modelos de predicción tendrán que ser revisados. La estadística platónica de formas perfectas ya no vale como modelo ordinario. Y la concepción de los cambios sociales y económicos también. Muchas cosas están cambiando, todo es más complejo.

Y cuando digo modelos estadísticos, digo política económica, información económica, etc… los antiguos mantras de la economía industrial ya no sirven. El «aumentamos gasto público y se crea empleo» o al revés, es hoy en día una ilusión.

La otra lectura es que los medios de comunicación mainstream han sido humillados en bloque. Vienen equivocándose de forma escándalosa desde hace unos años, en concreto desde 2008, pero este año ha sido la bomba. Ellos intentando crear opinión y al final todo ha funcionando al revés.

Genial.

# ¿Cisnes negros?: ¡No!

Se ha puesto de moda hablar de Cisnes Negros.

Por propia definición, si se habla con regularidad de cisnes negros es que no lo son. Entramos nuevamente con el mal tratamiento que se hace de la información financiera (elemento que trato en mi último libro «Econblog»).

Cuando tienes dos opciones a elegir, y gana una de las dos, no podemos estar hablando de cisnes negros.

Un Cisne negro no se sabe a priori, es algo desconocido que tiene un gran impacto. Cuando votas «a» o «b» y sale una de las dos cosas, no puedes hablar de Cisne Negro. El Brexit daba casi un 50% a cada opción antes de que saliera. Eso no es un Cisne Negro.

En el caso de la victoria de Trump lo mismo.

Cisne Negro sería que saliese «c» o nadie fuera a votar.

Eso nos lleva al punto siguiente.

# Sesgos psicológicos

Cuando llevas cierto tiempo en el mundo financiero, trabajando con personas y sus decisiones, te das cuenta de la fuerza de los sesgos psicológicos.

Y comprendes que El Negocio financiero los explota al máximo.

Por un lado están los sesgos internos que todos tenemos (sesgo de anclaje, sesgo de confirmación, etc) y otros externos producidos por el entorno, que incluye a los medios de comunicación.

Es increíble ver cómo todos daban por hecho que ganara Clinton, pero una vez que ha ganado Trump todos indignados, porque la realidad no se adapata a su creencia.

Esta es otra de las cosas que vas aprendiendo con los años, y más en el mundo financiero: te da igual quien gane.

¿Por qué? Y esta es la cuestión fundamental.

Porque tienes que asumir que no sabes lo que va a pasar y lo deberías tener integrado en tu sistema, en tu portfolio. No debería afectar a tus decisiones.

El elemento fundamental es la incertidumbre. La incertidumbre en las finanzas se traduce en riesgo. Y es el punto donde tu sistema de gestión tiene que estar enfocado.

Por eso creo que no he hablado con ningún compañero ni de las elecciones americanas ni del brexit más de 60 segundos. Es el alimento del periodismo, no del dinero.

# Hacia la complejidad

Si me sigues desde hace tiempo o has leído alguno de mis libros sabrás que este es uno de los puntos que me fascina; la complejidad, el caos y la incertidumbre.

Como describo en mi último libro, vamos hacia una economía mucho más compleja. La complejidad que se ha resuelto en una parte (la parte mecanicista) surge con mas fuerza en otra esfera; un mundo interconectado con un efecto red que amplifica todo.

Debería haber una asignatura obligatoria que tratara la incertidumbre. Al menos en economía, psicología y filosofía.

Las mejores empresas de predicción estadísitca, con la mayor y mejor información de la historia han sido incapaces de predecir los resultados. Se equivocan de lleno. En el caso de España sucede lo mismo. Mires donde mires pasa lo mismo. Ya nadie se fía de ellas.
Lo más sorprendente es que el propio mercado, que se supone siempre descuenta la información de forma correcta, también se ha equivocado…. y van varias veces seguidas!

{ ¿Hay alguién ahí que todavía se cree que el mercado descuenta toda la información? }

Esto nos habla de la complejidad e interconexión de esta nueva economía-red distribuída, de esta nueva realidad.

Los modelos lineales de la época industrial no sirven. Como tampoco sirven las políticas fiscales y monetarias convencionales.

Si no, nos seguiremos divirtiendo con lo impredecible. Una bolsa de palomitas y a ver el espectáculo.

# Cómo te afecta todo esto

Pensamiento disruptivo


Es una broma, pero en realidad no lo es tanto.

Este episodio de los Simpson del año 2000 es un epsiodio esperpéntico, una parodia como los que suelen ser todos los capítulos en tono de humor.

Lo que hace en el fondo es plantear realidades alternativas. Es una forma de pensamiento disruptivo. No deberías dar por hecho todo, debes tener una mente abierta a cualquier variación y en consecuencia tener tu portfolio de inversión bajo tal premisa.

Cualquier cambio en el futuro no te quitará el sueño porque estará dentro de lo probable. Tu modelo, tu sistema lo inluye.

Uno de mis sistemas de inversión está invertido en el SPY (el etf del Standard & Poors) así que en unas horas perderé un buen % de esa inversión. ¿Algún problema?

Ninguno. Es parte del juego; para ganar hay que perder y este escenario era uno posible.

Esta es la grandeza de operar con tu dinero en los mercados financieros; la filosofía que subyace a lo que hace tiene efectos directos sobre tu bolsillo, tu dinero, tu colchón. De aquí a importancia de incorporar una filosofía personal a nuestro sistema de inversión y viceversa; ver los efectos de la realidad al adoptar esa filosofía.

Es el mecanismo más eficaz, rápido y directo entre una concepción filosófica y sus efectos en tu vida.

Esto es lo que intenta de algún modo explicar George Soros en sus libros, sin mucho éxito, porque son difíciles de entender. Pero en el fondo tratan de esto.

Estoy terminando este artículo al día siguiente de haberlo comenzado, y los resultados son contrarios a lo que creía que iba a pasar.

Voila! mi sistema ha terminado el día en positivo contra lo que pensaba que iba a ocurrir (otra vez). Aunque esto tampoco me afecta. Lo que pienso es lo que ha escrito Jose Luis Cárpatos en su resumen de la sesión de hoy:

Hoy el mercado nos ha dejado claro que solo sabemos que no sabemos nada…

Así que nosotros seguiremos con nuestros modelos personales de largo plazo, que incluyen que el futuro no se puede saber, evitamos el ruido diario y cultivamos una apertura de conocimiento en nuestro día a día para adoptar una perspectiva más amplia que nos permita combatir la incertidumbre.

Trump ha ganado pero a mi cartera le da igual.

NOTA: De este y otros temas relacionados hablo detenimieno en mi libro Econblog.